La madre de Milieta ya daba comidas en su natal Bonansa. Las instalaciones que hoy conocemos como Ca Milieta tienen su origen en una pensión improvisada sobre la marcha en la propia vivienda familiar de Emilia y de su esposo, Marcelino. De pensión devino en bar (1982) y casi al poco tiempo, en restaurante (el antiguo Miravet). Era un lugar de comidas "casero" en el sentido más estricto del término, puesto que el comedor se levantó en la misma vivienda donde vivía el matrimonio junto a sus tres hijas.
Heredó el negocio familiar la segunda de las hijas de Milieta. Blanca se incorporó al restaurante junto a su esposo, Jordi, en 1987. Ambos se han mantenido al frente del mismo hasta el día de hoy, con una idea muy clara: preservar el espíritu original con el que el restaurante fue creado y conservar la orientación gastronómica de los fogones. Milieta todavía sigue en la cocina, de manera que a día de hoy, coinciden tres generaciones. La suya propia; la de su hija y su yerno; y la de su nieto, Igor, el último en incorporarse a Ca Milieta.
En efecto, el nombre original de Miravet ha mudado y ha sido reemplazado por "Ca Milieta"; el edificio antiguo ha sido sustituido por unas nuevas instalaciones, pero la filosofía original ha prevalecido.
Dignos de mención son los inmuebles donde se sitúan hoy el comedor y la cocina. O mejor dicho, digna de mención es el modo en el que se ha llevado a cabo la remodelación de los edificios antiguos y la construcción del nuevo. Blanca y Jordi pretendían huir de la rusticidad y el arquitecto, Alejandro Royo Iglesias, interpretó sus deseos a la perfección, combinando armónicamente la piedra, el hierro y la madera. La verja de la terraza es bellísima y merecería por sí sola una visita al restaurante.
